QUE TE VAYA BONITO!

Me desperté como a eso de las 9, el mejor hombre del mundo estaba a mi lado, no era ni el más guapo ni el más fuerte ni el más listo, simplemente era el mejor, era mi marido. Esa persona con la cual te tropiezas una vez en la vida y al momento sabes que está hecha para ti. Aun recuerdo la primera vez que escuché su voz (Pase señorita!), tenía una voz fuerte pero al mismo tiempo melodiosa, una de esas voces que provocan confianza y respecto, siempre me río cuando recuerdo que nada más oírle lo único que logre pensar fue que bien había hecho al elegir el sujetador negro de encaje; y más nos reímos juntos cuando le recuerdo que a los 3 minutos de conocerme ya me estaba tocando las tetas, el pobre se defiende diciendo que es un profesional, y que para él no eran mas que otras tetas que operar, para mí fue fuego, nervios, emoción y vergüenza, todo amalgamado produciendo una experiencia única en la que yo caí locamente enamorada.
A mi cabeza acudieron en tropel partes vagas de un sueño precioso que había tenido, mi marido me paseaba en brazos y derramaba en mi besos y ternura, y un olor a chocolate lo inundaba todo, (era el mismo olor que había siempre en la confitería manola, aquella a la que mi padre me llevaba para comprarme uno de aquellos pasteles de merengue que tanto me gustaban y nunca terminaba), después en mi sueño hacíamos el amor como aquella primera vez, pero con menos nervios y mas experiencia, sabiendo en cada momento que parte del cuerpo pulsar.
Me desperece y me levante y me deleite con una ducha muy caliente, luego me prepare un estupendo café, y lo saboree sorbo a sorbo deleitándome con el gran día que me esperaba, tenía cita con el ginecólogo y si no me equivocaba me confirmaría lo que yo ya sospechaba , por fin estaba embarazada!! .NO lo he había dicho nada a mi marido, porque no quería hacerlo hasta estar totalmente segura, no cabía en mi de gozo, y no hacía más que imaginarme su cara cuando se lo contase. Él se levanto y me pregunto a donde iba, yo le engañe y le dije que al gym, que inocente era! ni siquiera reparó en que iba más bien vestida para una convección que para el gym, le di un beso y me fui. En la puerta me esperaba mi hermano como siempre impecable, con un traje gris, y con un mercedes nuevo que nunca le había visto, aunque no me extraño porque eran su gran pasión y cambiaba de coche como de zapatos.

Son las ocho de la tarde y aquí estoy sola y embarazada tirada en el sofá de mi casa, con los ojos totalmente hinchados y secos de tanto llorar, y con una nota que dice:
¨marta lo nuestro se acabo, te deseo lo mejor y ojala que todo te vaya bonito"