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domingo, 30 de mayo de 2010

una furtiva lagrima natanael

Donde brillan los mares y sopla fuerte el viento
En un viejo balcón frente al golfo de Sorrento
Un hombre abraza a una mujer sin contener el llanto
Se despide una vez mas y vuelve a empezar el canto

Te quiero tanto amor
Te quiero tanto, tanto y tú lo sabes bien
En la distancia amor
Hoy suenan más que nunca tus palabras

Donde brillan los mares y sopla fuerte el viento
En un viejo balcón frente al golfo de Sorrento
Un hombre abraza a una mujer sin contener el llanto
Se despide una vez mas y vuelve a empezar el canto

Te quiero tanto amor
Te quiero tanto, tanto y tú lo sabes bien
En la distancia amor
Hoy suenan mas que nunca tus palabras

Otra carta una llamada, los recuerdos ya son cientos,
hay lagrimas en sus ojos, su voz es un lamento
Toda su fuerza y su energía, se la dejado a América,
y ahora regresa así de avaro, a su patria y ful espera

Solo quedan mas allá los triunfos y los fracasos
Solo los sueños de un ayer como espuma tras el barco
Y así, cerca del final, su corazón se va apagando
Ya habrá mas despedida y vuelve a empezar el canto

Te quiero tanto amor
Te quiero tanto, tanto y tú lo sabes bien
En la distancia amor
Hoy suenan mas que nunca tus palabras

Natanael, repasando mi vida me encontré este poema, a mi dedicado

Sé que te irás
y otra mañana vestirá mis agonías,
sé que lejos, más allá del olvido
crecerá como loca una nueva estirpe
que fulgurante y bella derramará alegría,
manará por su boca infantil
la fuerza animal de la risa y el llanto.
Sé que esta bruma silenciosa
que oprime la garganta de los locos
no ha de morir jamás
y sé que tu furiosa mirada
de niño dócil y vicioso
ha de temblar sobre tus propios brazos.
En este paréntesis hubiese preferido
haber nacido mudo
y no seguir hablándote
del odio con que te amo.
Recuerda, no te aflijas
estoy para pasar
y ya sin el orgullo necesario para poder decir:
¡Vale la pena!
Recuerda en la mañana triste
que no debes de alejar de tí, nada más que la fuerza
que en cada exhalación de amor vuela en suspiro
y que el gato triunfal de cada noche,
mora sólo en la guarida de nuestro propio miedo.
Sé que muchas cosas han de pasar
para que no pase nada;
que el olvido dormirá sobre tu pelo
en una primavera lejana e inconcreta.
Sé que he olvidado amar,
que bajo mi torpe rudeza
el ansia se despierta y grita
al olor de tu joven locura mediterránea.
Sé que una nueva angustia se suma a este rosario
y que no nos salvará ningún amigo lejano
que abre y cierra nuestras puertas con un canto efímero.
Pero recuerda en la hora del llanto
cuando la mano de ese superior infiel te falte
que mi muerte es digerible.
Sé que soy poca cosa
y siento que mañana seré nada
¡ojalá! que mi carnada
te sirva como alimento.
Sé que te irás
pero recuerda que mi brazo está tendido
sobre el viento.

A Prudencio en compendio de una amistad que debió ser más duradera y quizás en otro tiempo, cuando el ruy-señor todavía cantaba.

martes, 25 de mayo de 2010

Natanael, mi amigo Benedetti siempre está para echar una mano

No te quedes inmóvil al borde del camino, no congeles el júbilo no quieras con desganas, no te salves ahora ni nunca, no te salves. No te llenes de calma. No reserves del mundo solo un rincón tranquilo. No dejes caer los párpados pesados como juicios. No te quedes sin labios, no te duermas sin sueño. No te pienses sin sangre, no te juzgues sin tiempo.


Pero si pese a todo no puedes evitarlo y congelas el júbilo y quieres con desgana, y te salvas ahora y te llenas de calma. Y reservas del mundo solo un rincón tranquilo y dejas caer los párpados pesados como juicios y te secas sin labios y te duermes sin sueño y te piensas sin sangre y te juzgas sin tiempo. Y te quedas inmóvil al borde del camino, y te salvas..... entonces.... no te quedes conmigo.

Natanael, no se si saldremos con vida

martes, 18 de mayo de 2010

Natanael, acaso una mirada me bastara, mirarte y encontrar una palabra


 
Estoy pasando un bache,
un revés, un agujero,
un no sé qué me ocurre
que ni yo mismo me entiendo...
No me apetece nada,
nada más que estar adentro,
pero no de tu vientre
sino de tus sentimientos.
Quisiera que supieras
que no tengo otro deseo
que estar entre tus brazos
como quien pide consuelo,
sentirte toda mía,
sin lujurias ni misterios,
como siento la sangre
que circula por mi cuerpo.

No me hace falta la luna
ni tan siquiera la espuma,
me bastan solamente dos
o tres segundos de ternura.

A veces me pregunto
si no me causa respeto
el paso de los años
desgastando nuestros besos
así como el derroche
de algo más que mucho tiempo
sin vernos un instante
más allá de los espejos.
Por eso necesito,
aunque sé que es un exceso,
que tus ojos me digan
algo así como: de acuerdo,
estoy aquí a tu lado
para que no tengas miedo
al miedo de estar solos,
solos en el universo.

lunes, 17 de mayo de 2010

No sé a que viene esto, ni me importa mucho ahora

El Tau es el jeroglífico del triunfo; es la forma físico espiritual, el cubo místico desenvuelto para formar la cruz ansata: símbolo del espíritu que descendió a la materia y donde fue crucificado; pero resucitado de la muerte, descansa triunfante en los brazos de su asesino conquistado. Por ello es llamado “La cruz de vida”, el símbolo de la resurrección, que representa a ambos, al hombre divino crucificado en la cruz de la carne, y al hombre mortal ascendiendo hacia el hombre espiritual por medio del cuerpo crucificado.

La Tau simboliza la serpiente clavada en una estaca, muerte vencida por el sacrificio, con un sentido misterioso ya desde el Antiguo Testamento.

La Tau también representa la obra acabada.


viernes, 14 de mayo de 2010

Hay momentos en los que me encuentro desnudo dentro de un caos

Natanael, no puedo darte todo mi tiempo, pero si te estoy dando todo mi cariño. Solo te pido que no seas cruel, que no lo humilles, es todo lo que tengo.

martes, 11 de mayo de 2010

Buscando una canción que expresase todo lo que siento me encontre con esta foto Natanael, y me gustó y queria compartirla.

Tengo miedo natanael, miedo a estar haciendo mal las cosas, miedo porque tengo todo lo que quiero en mis manos pero siento que como agua que fluye se me escapa entre los dedos, por mi culpa, porque no sé cerrarlos, o los cierro tarde, o no los cierro. Miedo a que llegue un mañana en el que mi felicidad solo este presente en recuerdos del pasado, miedo a que llegue un momento en el que solo piense en pagar facturas, vencer hipotecas o alimentar niños, miedo a que llegue un dia en el que caminar desnudo con los pantalones en las rodillas no sea la idea mas brillante que nunca haya existido , sino una soberbia tonteria fuera de lugar. Miedo a hablar con la boca llena y soplar, y soplarte y parecer de mal gusto y de mala educación y no encontrarle sentido. Miedo al miedo natanael, a que me atenace de tal forma que me pare en el camino, y ya no vea ciclopes ó legistriones. Miedo a no tenerte natanael, quien me hara epecial? quien sabra que soy difrente?, porque nadie es especial sinó es para y por alguien.
No se, miedo a no sentir que cada segundo es el último y que hay que aprovecharlo, sino que piense que hay mas y queda tiempo, tiempo para que?, para lamentar , reprochar, llorar ... miedo a ahogarme en un mundo de lentejas sin un triste trozo de chorizo que me mantenga a flote.

TENGO MIEDO NATANAEL EN QUE LLEGUE UN DIA EN QUE NO ESTES Y ENTONCES SEA COMO AQUEL CAMELLO QUE CAMINA EN EL DESIERTO, Y PRACTICAMENTE SEA UNA SOMBRA.

Natanael, no tenías que haber cocinado lentejas, de ahí este 3º capítulo.

No pensaba volver a escribir sobre las lentejas, pero hoy he vuelto a encontrarme con aquel amigo que era lo único que comía, le ví sentado en el parque, solo, dandole de comer a las palomas, y con la mirada perdida entre un carballo y una babosa.
Le pregunté como le iba y me sonrió, no dijo nada, solo me puso en la mano unos granos de maiz y miró a las palomas, dandome a entender lo que pretendía. Me senté a su lado y sentí el calor de su cuerpo junto al mio, notaba su agitación en el pecho y como le temblaban las manos al abrirlas con el maiz. 
Es un hombre alto, fuerte como un carballo, noble y muy sensible, se hubiese dejado la vida por un amor, por una causa. Me miró y en sus ojos ví unas lágrimas y como se mordía los labios para evitar una expresión de debilidad, al instante me dí cuenta de que la vida seguía sin acabar de darle esa alegría por la que tanto había luchado, y que aún seguía con los platos de lentejas.
Me hubiese gustado saber como habían sido estos años, desde que nos conocimos en aquel restaurante, pero no tenía ganas de hablar, además para que hacer más herida en ese corazón roto.
Le abracé y le enjugué las lágrimas con mi mano, después me levanté del banco, dejandole solo, mientras la babosa cruzaba entre sus botas, ya gastadas de tanto caminar. Estaba empezando a llover y no tenía paraguas.

lunes, 10 de mayo de 2010

Natanael, iba yo caminando y me encontré este poema.

TRATADO DE VETERINARIA
Un antepasado mío,
Marcelino Valcárcel
a la sazón veterinario,
sufría de ordinario
lo que de extraordinario
otros gozamos,
pues para nada es lo mismo
que eso se ponga tieso
cuando al caso es preciso
que de continuo y duradero
vaya aquello enarbolado,
cual verga sin vela
o mástil sin bandera,
es decir, en vano.
Y es triste y enojoso
Que a uno le digan, ¡torooo!,
¡bravooo!, cuando en realidad
sufre como un pascual cordero.
Fue en una ocasión, mi tío abuelo,
que es el parentesco que nos une,
en demanda de una urgencia esquina
a ver una yegua en Funes
que cursaba una mastitis
Como dicta el protocolo
del buen especialista
en la retaguardia del animal
tomó sus precauciones mi abuelo
para no recibir una coz precoz
aún antes de empezar.
Las manos aseadas,
el instrumental nuevo
la yegua tranquila,
y serena se extendía
una llanura Navarra
muy verde y muy limpia.
Pero de súbito, el trueno,
el acabose, el barullo,
mi abuelo Marcelino
sufrió un ataque
repentino de lo suyo.
La fuerza descomunal
rompió el dique de la bragueta
y aquella se puso dura y larga
qué digo larga, eterna como una condena,
y ligeramente curvada, eso si,
hacia la diestra.
La potranca que lo vio
con soslayo que miran las yeguas
pareció otorgar su aprobación
pues dio un relincho de contenta.
El ama que llegaba
en ese momento de la acequia
y en ausencia ya d su marido
por tres años de sus cuentas
gritó así, como posesa:
¡qué fulgor, qué hermosura,
hombre de Dios, arcángel de gloria pura,
primero a mi y luego ala burra!
Por mas razones que dio mi abuelo
intentando explicar el caso
fue lo mismo;
pues ni el ama ni la burra
entendían de enfermedades raras
Y mucho menos de priapismos.
Y así termino la urgencia equina,
en urgencias de un hospital navarro
con la rama medio tronchada
y tronchados del todo los ánimos
termino mi pobre abuelo,
aquel veterinario
que sufría de ordinario
lo que de extraordinario
otros gozamos.

A que tiene buena pinta la pularda?

 

jueves, 6 de mayo de 2010

Como seguía teniendo el día libre, empecé a mirar cuadros y este me recordó algo que hice después.

Esta lloviendo, me sente a leer a Cortazar y a escuchar este adagio, además tenía el día libre




Cortazar - Rayuela

Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.