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domingo, 30 de marzo de 2014

Pecados capitales y sus demonios - Avaricia

La avaricia es el afán o deseo desordenado y excesivo de poseer riquezas para atesorarlas. La codicia, por su parte, es el afán excesivo de riquezas, sin necesidad de querer atesorarlas.
La codicia (o a veces la avaricia) se considera un pecado capital, y como tal, en cualquier sociedad y época, ha sido demostrada como un vicio. En efecto, al tratarse de un deseo que sobrepasa los límites de lo ordinario o lícito, se califica con este sustantivo actitudes peyorativas en lo referente a las riquezas.
La codicia es un término que describe muchos otros ejemplos de pecados. Estos incluyen deslealtad, traición deliberada, especialmente para el beneficio personal, como en el caso de dejarse sobornar. Búsqueda y acumulación de objetos, estafa, robo y asalto, especialmente con violencia, los engaños o la manipulación de la autoridad son todas acciones que pueden ser inspirados por la avaricia. Tales actos pueden incluir la simonía
Los budistas creen que la codicia está basada en una errada conexión material con la felicidad. Esto es causado por una perspectiva que exagera los aspectos de un objeto.
No hay nadie peor que el avaro consigo mismo, y ese es el justo pago de su maldad.

Su castigo, el ser colocado en aceite hirviendo.

Su demonio es Mammón

Durante las edades medias, Mammón fue personificado comúnmente como el demonio de la avaricia, de la riqueza y de la injusticia. Así Pedro Lombardo (II, dist. 6) dice, Riquezas es llamado por el nombre de un diablo, a saber Mammón, para Mammón es el nombre de un diablo, por quien las riquezas conocidas son llamadas según la lengüeta siria. En la obra medieval inglesa Piers Plowman (Pedro el Labrador) también se cita a Mammón como deidad.[cita requerida] Nicolás de Lira comenta respecto al pasaje en Lucas: Mammon est nomen daemonis Mammón es el nombre de un demonio. Mammón es algo similar al dios griego Hades, y el dios romano Dis Pater, en su descripción, y es probable que esté hasta cierto punto basado en ellos, especialmente puesto que Plutón/Hades era el custodio de las abundancias de la tierra y los lobos que son asociados a avaricia en las edades medias. Santo Tomás de Aquino describió metafóricamente el pecado de la avaricia como "Mammón, que era ascendido desde el infierno por un lobo, viniendo inflamar el corazón humano con su avaricia". Así mismo, se hace alusión a él en el Paraíso perdido de John Milton, en donde se le ve como un ángel que, gozando de los privilegios de estar en el cielo, lo único que contempla de sus bellezas es el oro con el que están manufacturadas las calles de la ciudad divina. En la versión de Milton, se alía con Satanás y Belcebú para luchar contra los ejércitos de Dios. Según el texto, fue el encargado de sembrar en el hombre la codicia de excavar la tierra para extraer de ella sus tesoros.

viernes, 28 de marzo de 2014

Miguel Hernández 72 años de su muerte

  (Orihuela, 30 de octubre de 1910 – Alicante, 28 de marzo de 1942
Sus restos fueron exhumados en 1984 debido a la muerte de su hijo Manuel Miguel el mismo año. Aquella exhumación causó gran revuelo entre un grupo reducido de seguidores de Hernández, que se agolparon el día del entierro del hijo, llegando a besar su calavera o intentar robar un hueso. El ataúd fue preservado para exponerlo en la Casa-Museo de Miguel Hernández de Orihuela.
En diciembre de 1986, los restos de ambos fueron trasladados a un terreno cedido por el Ayuntamiento de Alicante ubicado en el mismo cementerio y en febrero de 1987 fue enterrada junto a ellos la que fuera esposa de Miguel Hernández, Josefina Manresa.






Alguno de sus poemas


De aquel querer mío,
¿qué queda en el aire?

Sólo un traje frío
donde ardió la sangre.
  ---------------------------
 Escribí en el arenal
los tres nombres de la vida:
vida, muerte, amor.
Una ráfaga de mar,
tantas claras veces da,
vino y nos borró.
-------------------------------
 La sombra pide, exige seres que se entrelacen,
besos que la constelen de relámpagos largos,
bocas embravecidas, batidas, que atenacen,
arrullos que hagan música de sus mudos letargos.

Pide que nos echemos tú y yo sobre la manta,
tú y yo sobre la luna, tú y yo sobre la vida.
Pide que tú y yo ardamos fundiendo en la garganta,
con todo el firmamento, la tierra estremecida.
-------------------------------------------------------
No te asomes
a la ventana,
que no hay nada en esta casa.
Asómate a mi alma.

No te asomes
al cementerio,
que no hay nada entre estos huesos.
Asómate a mi cuerpo.

miércoles, 26 de marzo de 2014

Walt Witman 122 años de su muerte




 Walt Whitman (West Hills, condado de Suffolk, Nueva York, 31 de mayo de 1819 – Camden, Nueva Jersey, 26 de marzo de 1892) fue un poeta, ensayista, periodista y humanista estadounidense. Su trabajo se inscribe en la transición entre el trascendentalismo y el realismo filosófico, incorporando ambos movimientos a su obra. Whitman está entre los más influyentes escritores del canon estadounidense (del que ha sido considerado su centro) y ha sido llamado el padre del verso libre. Su trabajo fue muy controvertido en su tiempo, particularmente por su libro Hojas de hierba, descrito como obsceno por su abierta sexualidad.
Considerado como el padre de la moderna poesía estadounidense, su influencia ha sido amplia también fuera de ese país. Entre los escritores que se han visto marcados por su obra figuran Rubén Darío, Wallace Stevens, León Felipe, D.H. Lawrence, T.S. Eliot, Fernando Pessoa, Pablo de Rokha, Federico García Lorca, Hart Crane, Jorge Luis Borges, Pablo Neruda, Ernesto Cardenal, Allen Ginsberg o John Ashbery, entre otros.
 
 
Me celebro y me canto a mi mismo
Poema publicado el 10 de Noviembre de 2008


Me celebro y me canto a mí mismo.
Y lo que yo diga ahora de mí, lo digo de ti,
porque lo que yo tengo lo tienes tú
y cada átomo de mi cuerpo es tuyo también.      
       Vago... e invito a vagar a mi alma.
Vago y me tumbo a mi antojo sobre la tierra
para ver cómo crece la hierba del estío.
Mi lengua y cada molécula de mi sangre nacieron aquí,
de esta tierra y de estos vientos.
Me engendraron padres que nacieron aquí,
de padres que engendraron otros padres que nacieron aquí,
de padres hijos de esta tierra y de estos vientos también.      
       Tengo treinta y siete años. Mi salud es      perfecta.
Y con mi aliento puro
comienzo a cantar hoy
y no terminaré mi canto hasta que muera.
Que se callen ahora las escuelas y los credos.
Atrás. A su sitio.
Sé cuál es su misión y no la olvidaré;
que nadie la olvide.
Pero ahora yo ofrezco mi pecho lo mismo al bien que al mal,
dejo hablar a todos sin restricción,
y abro de para en par las puertas a la energía original de la naturaleza      
desenfrenada.
       Versión de León Felipe

lunes, 24 de marzo de 2014

Pecados capitales y sus demonios: Envidia

Envidia

Como la avaricia, la envidia (en latín, invidia) se caracteriza por un deseo insaciable, sin embargo, difieren por dos grandes razones: Primero, la avaricia está más asociada con bienes materiales, mientras que la envidia puede ser más general; segundo, aquellos que cometen el pecado de la envidia desean algo que alguien más tiene, y que perciben que a ellos les hace falta, y a consiguiente desean el mal al prójimo, y se sienten bien con el mal ajeno.
La envidia va tan flaca y amarilla porque muerde y no come.
Dante Alighieri define esto como «amor por los propios bienes pervertido al deseo de privar a otros de los suyos». En el purgatorio de Dante, el castigo para los envidiosos era el de cerrar sus ojos y coserlos, porque habían recibido placer al ver a otros caer.

 Eres envidioso cuando te comparas con los demás y nada mas estás viendo lo que el de junto hace o tiene y tú no. Cuando se te indigesta que el vecino tiene mas suerte que tú y le fue mejor, cuando te da coraje que tu amiga fulanita ni dieta hace y está hecha un palo, cuando te da gusto que al condenado de tu compadre que tan mula se ha portado contigo se le murieron unas vaquitas...

Este pecado se castiga sumergiendo al acusado en agua helada.



Su demonio es: Leviatan
En el Génesis, Leviatán es mencionada de forma implícita (job 41:1): "Dios creó los grandes monstruos marinos - Taninim" en hebreo. En este verso Rashi declara: "De acuerdo a la leyenda esto se refiere al Leviatán y su pareja. ya que esta es la reecarnacion de la serpiente de Adán y Eva. Dios creó un Leviatán macho y una hembra, entonces mató a la hembra y la dio de comer para los honestos, ya que si los leviatanes llegaran a procrear, entonces el mundo no podría interponérseles." Jastrow traduce la palabra "Taninim" como "monstruo marino, cocodrilo o gran serpiente". La palabra "Leviatán" aparece en los siguientes libros bíblicos: Aquel día Yahveh castigará con su espada firme, grande y pesada a la serpiente Leviatán, que siempre sale huyendo, a Leviatán, que es una serpiente astuta, y matará al dragón del mar. (Isa 27:1) Rompiste las cabezas del Leviatán; y lo diste por comida a las tortugas de mar. (Salmo 74:14) Por allí circulan los navíos y Leviatán que hiciste para entretenerte. (Salmo 104:26) ¿Sacarás tú al Leviatán con el anzuelo, o con cuerda que le eches en su lengua? (Job 41:01)
Igualmente en el apócrifo Libro de Enoc Leviatán es descrito junto a Behemot:Y en ese día se separarán dos monstruos, una hembra llamada Leviatán, que morará en el abismo sobre donde manan las aguas, y un macho llamado Behemot, y ocupará con sus pechos un desierto inmenso llamado Dandain. El Leviatán también puede ser interpretado como el mar en sí mismo, con sus contrapartes, Behemoth que es la tierra y el Ziz que son el aire y el espacio. Algunos eruditos han interpretado al Leviatán, y otras referencias al mar en el Viejo Testamento, como referencias altamente metafóricas a los merodeadores del mar que aterrorizaron alguna vez el Reino de Israel. Algunas leyendas judías consideran al Leviatán como un dragón andrógino que en su forma masculina sedujo a Eva, y a Adán en su forma femenina.

domingo, 23 de marzo de 2014

Si es tu voluntad



Si es tu voluntad dejarme encerrado entre los barrotes de esta abadía,
si lo que quieres es que no vuelva a ver el sol, ni las estrellas ni a tí,
si me dices que no vuelva a hablar,  ni a besar estos labios
si haces lo imposible para rodearme de angustia, de locura, de tinieblas,
si todo lo que quieres que haga es sentarme en el frío suelo y esperar,
quiero que sepas que tendrás que atarme, amordazarme, taparme los ojos y los oídos
porque si algo puedo hacer con mi cuerpo, lo haré
porque si algo puedo hacer con mi espíritu, lo haré
y no dejaré que  me encierres como si fuera una bestia
y te rodearé con mis brazos hasta confundirme contigo,
y si es tu voluntad no dejarás que me pierda.

lunes, 17 de marzo de 2014

Pecados capitales y sus demonios - Gula

Gula

Actualmente la gula (en latín, gula) se identifica con la glotonería, el consumo excesivo de comida y bebida. En cambio en el pasado cualquier forma de exceso podía caer bajo la definición de este pecado. Marcado por el consumo excesivo de manera irracional o innecesaria, la gula también incluye ciertas formas de comportamiento destructivo. De esta manera el abuso de substancias o las borracheras pueden ser vistos como ejemplos de gula. En La Divina Comedia de Alighieri, los penitentes en el Purgatorio eran obligados a pararse entre dos árboles, incapaces de alcanzar y comer las frutas que colgaban de las ramas de estos y por consecuencia se les describía como personas hambrientas.




Su demonio

Se cree que Belcebú o Beelzebub deriva etimológicamente de "Ba'al Zvuv" que significa "El Señor de las Moscas". Por otro lado el nombre Beelzebub era usado por los hebreos como una forma de burla hacia los adoradores de Baal, debido a que en sus templos, la carne de los sacrificios se dejaba pudrir, por lo que estos lugares estaban infestados de moscas.
Sin embargo, la palabra que compone este nombre suena en hebreo tsebal, morada, especialmente en el sentido de la Gran Morada, los infiernos, y en boca del pueblo se confundió con tsebub, mosca. Y pasó este imponente nombre de "Señor de la Gran Morada" o "Señor del Abismo" a "Señor de las Moscas", que es la traducción que suele darse en los textos evangélicos.2
Belcebú en sus formas alegóricas toma a veces una apariencia colosal; de rostro hinchado, coronado con una cinta de fuego, cornudo negro y amenazante, peludo y con alas de murciélago.

En la demonología

En la literatura cristiana se empleó para designar al Príncipe de los demonios, de acuerdo a la antigua costumbre hebrea de representar deidades ajenas en forma maligna.
El escritor inglés y premio Nobel de literatura en 1983, William Golding, escribió una novela alegórica de la condición del hombre. La novela se titula El señor de las moscas (epíteto de Belcebú). En la novela se le representa mediante la cabeza de un jabalí, clavada en una pica en un claro de un bosque, y cortejada por miles de moscas que revolotean a su alrededor mientras se va pudriendo.
En el relato bíblico el demonio asume diversos nombres, que corresponden a distintas manifestaciones de su maldad y de las tentaciones de pecado que nos ofrece incesantemente. Sin embargo originalmente, en la tradición judeocristiana existen desde el demonio del dinero, Mammón, hasta el que produce olores fétidos, Belial. Es frecuente que a Belcebú se lo denomine Satanás, y también Lucifer, y tantos otros nombres y especializaciones en el mal como creó, con fines didácticos, la imaginación de los predicadores. Pero en un diccionario sobre demonología podremos comprobar que son distintos demonios. Este semidios raramente vagaba por la tierra; siempre se mantuvo distante. Se dice que en su templo, violaba menores que eran traídas por esclavos. En este sentido, también hay tradiciones que indican que Lucifer, Satanás y Belcebú conforman el triunvirato que gobierna al infierno y sus legiones.

lunes, 10 de marzo de 2014

Pecados Capitales y sus demonios - Lujuria

Lujuria
La lujuria (en latín, luxus, ‘abundancia’, ‘exuberancia’) es usualmente considerada como el pecado producido por los pensamientos excesivos de naturaleza sexual, o un deseo sexual desordenado e incontrolable.
En la actualidad se considera lujuria a la compulsión sexual o adicción al sexo. También entran dentro de esa categoría el adulterio y la violación.
A lo largo de la historia, diversas religiones han condenado o desalentado en mayor o menor medida la lujuria.
Dante Alighieri consideraba que lujuria era el amor hacia cualquier persona, lo que pondría a Dios en segundo lugar. Según otro autor la lujuria son los pensamientos posesivos sobre otra persona.

Su demonio es:  Asmodeo

Asmodeo.
Asmodeus (Asmodai, Sydonai, Chammadai, Asmodeo, o Asmodaeus) es un demonio, conocido comúnmente por aparecer en el Libro de Tobit o Libro de Tobías, que no forma parte del Antiguo Testamento protestante ni del judío, pero sí del canon católico. También es mencionado en el Talmud y en los tratados de demonología. Su origen se halla en la religión mazdeísta (Zoroastrismo) de los persas. Probablemente, llega al judaísmo durante el tiempo en el que este pueblo se halló bajo la dominación persa (s. VI a.C), y más tarde, pasaría al cristianismo, pero era en la era antigua aparentemente en el siglo II AC.

Descripción

En el Libro de Tobit, Asmodeus se enamora de Sarah, hija de Raguel, y cada vez que aquella contrae matrimonio, mata al marido durante la noche de bodas. Así llega a matar a siete hombres, impidiendo que consumen el matrimonio. Más tarde, Sarah se promete a un joven llamado Tobías, hijo de Tobit. Éste recibe la ayuda del arcángel Rafael, el cual le enseña cómo librarse del demonio. De este modo, Tobías toma un pez y le arranca el corazón, los riñones y el hígado, colocándolos sobre brasas. Asmodeus no puede soportar los vapores así desprendidos, y huye a Egipto, en donde Rafael lo encadena. No se sabe más de la suerte que corre este demonio, pero se le presenta como símbolo del deseo carnal.
En el Talmud, Asmodeus no parece ser una criatura tan maligna como en otros libros, sino que relata historias sobre su trato con el rey Salomón. Al parecer, Salomón llegó a atrapar al demonio y lo obligó a construir el Templo de Jerusalén. En otra leyenda, Asmodeus y Salomón se cambiaron el uno por el otro durante varios años. En otra Asmodeus es presentado como el rey de todos los demonios, similar al concepto cristiano de Satán, y como amante de Lilith después de que ésta abandonara a Adán.
Asmodeus y Samael "El Veneno de Dios" son uno de los nombres que se le da a Lucifer tras tentar a Eva con el fruto de uno de los árboles prohibidos (el del conocimiento del bien y del mal), tras su caída se emparejó con Lilith, la primera mujer de Adán y con ella engendró miles de demonios.
En ocasiones se atribuye a Asmodeo la paternidad del mago Merlín. En la Edad Media, cuando se quería asociar los 7 pecados capitales con sus "demonios responsables", se le indicó como el demonio de la lujuria.

jueves, 6 de marzo de 2014

El Loco


Leopoldo María Panero, que gente tan extraña, que buenos poetas, cuantas palabras sobre sentimientos y cuantos sentimientos en la huída. Descanse en paz o como pueda.



He vivido entre los arrabales, pareciendo
un mono, he vivido en la alcantarilla
transportando las heces,
he vivido dos años en el Pueblo de las Moscas
y aprendido a nutrirme de lo que suelto.
Fui una culebra deslizándose
por la ruina del hombre, gritando
aforismos en pie sobre los muertos,
atravesando mares de carne desconocida
con mis logaritmos.
Y sólo pude pensar que de niño me secuestraron para una alucinante batalla
y que mis padres me sedujeron para
ejecutar el sacrilegio, entre ancianos y muertos.
He enseñado a moverse a las larvas
sobre los cuerpos, y a las mujeres a oír
cómo cantan los árboles al crepúsculo, y lloran.
Y los hombres manchaban mi cara con cieno, al hablar,
y decían con los ojos «fuera de la vida», o bien «no hay nada que pueda
ser menos todavía que tu alma», o bien «cómo te llamas»
y «qué oscuro es tu nombre».
He vivido los blancos de la vida,
sus equivocaciones, sus olvidos, su
torpeza incesante y recuerdo su
misterio brutal, y el tentáculo
suyo acariciarme el vientre y las nalgas y los pies
frenéticos de huida.
He vivido su tentación, y he vivido el pecado
del que nadie cabe nunca nos absuelva.

sábado, 1 de marzo de 2014

No se, será la lluvia






 No se porqué, pero no se me ocurre nada mejor para acompañar un día de lluvia como el de hoy, que  con Leonard Cohen. Su voz calmada y fuerte envuelve la lluvia y la desparrama encima de todo, dejando como un vaho de tristeza, nostalgia y soledad. No se la lluvia...