No pensaba volver a escribir sobre las lentejas, pero hoy he vuelto a encontrarme con aquel amigo que era lo único que comía, le ví sentado en el parque, solo, dandole de comer a las palomas, y con la mirada perdida entre un carballo y una babosa.
Le pregunté como le iba y me sonrió, no dijo nada, solo me puso en la mano unos granos de maiz y miró a las palomas, dandome a entender lo que pretendía. Me senté a su lado y sentí el calor de su cuerpo junto al mio, notaba su agitación en el pecho y como le temblaban las manos al abrirlas con el maiz.
Es un hombre alto, fuerte como un carballo, noble y muy sensible, se hubiese dejado la vida por un amor, por una causa. Me miró y en sus ojos ví unas lágrimas y como se mordía los labios para evitar una expresión de debilidad, al instante me dí cuenta de que la vida seguía sin acabar de darle esa alegría por la que tanto había luchado, y que aún seguía con los platos de lentejas.
Me hubiese gustado saber como habían sido estos años, desde que nos conocimos en aquel restaurante, pero no tenía ganas de hablar, además para que hacer más herida en ese corazón roto.
Le abracé y le enjugué las lágrimas con mi mano, después me levanté del banco, dejandole solo, mientras la babosa cruzaba entre sus botas, ya gastadas de tanto caminar. Estaba empezando a llover y no tenía paraguas.
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martes, 11 de mayo de 2010
domingo, 3 de enero de 2010
La vida es como las lentejas, los dias al igual que ellas parecen todos iguales, pero siempre hay matices que los hacen diferentes,matices que hacen que nos gusten o no, que nos pongan tristes o nos hagan felices,es sorprendente comprobar la delgada linea que separa la felicidad de la amargura, pero amigo nathanael al final no somos más que pobres funanbulistas obligados a realizar el mismo espectáculo diario,en el que un pequeño resbalon nos hace ver lo dificil que es hacer lo que hacemos, y comprobar lo poco que separa la vida de la muerte,la felicidad del infortunio, la alegria de la tristeza,que pequeños matices convierten un dia en dia estaño.
Por cierto las lentejas son las que hacen al marisco tan especial, acaso si siempre fuese marisco no nos deleitariamos con unas lentejas?
Al final nathanael dame lentejas y dejame saborear alguna vez centollos, porque lo bueno de las lentejas es que..... cada uno que busqe lo bueno de las lentejas!!!!
Por cierto cuando uno se desnuda como tu pretendes corre el riesgo de resfriarse el alma, pero casi siempre airea el corazon.
Por cierto las lentejas son las que hacen al marisco tan especial, acaso si siempre fuese marisco no nos deleitariamos con unas lentejas?
Al final nathanael dame lentejas y dejame saborear alguna vez centollos, porque lo bueno de las lentejas es que..... cada uno que busqe lo bueno de las lentejas!!!!
Por cierto cuando uno se desnuda como tu pretendes corre el riesgo de resfriarse el alma, pero casi siempre airea el corazon.
jueves, 17 de diciembre de 2009
El hombre que solo comía lentejas (dos)
Un día nuestro hombre llegó a casa y en vez de lentejas le pusieron marisco, se llevó una gran sorpresa a la vez que un buen susto, no lo podia creer y todo le parecía raro, empezó a desconfiar del resto de la gente, tan acostumbrado que estaba a las lentejas y mirando de reojo a todos lados se llevó una pata de centolla a la boca, le pareció lo mas maravilloso que había comido en su vida, y disfrutó de cada instante y de cada bocado, pero seguía temeroso, y pensaba:
- seguro que me sentará mal.
- seguro que algo le pusieron.
Pero no, efectivamente era marisco y del bueno, entonces pensó que podía haber hecho para merecerlo y se le ocurrieron un monton de cosas, pero todas le parecieron tontas.
- tal vez en otros momentos me lo hubiese merecido más.
Enfin, lo comió con gran placer y dedujo que tal vez todo había cambiado, que su trabajo realizado y las noches de vigilia y el amor que había puesto en todo ello, habia sido reconocido por fin, pero no, al día siguiente otra vez el plato de lentejas y una nota que decia:
Perdon por la equivocación de ayer, intentaremos que no vuelva a pasar.
Natanael, no es exactamente asi, tal vez lo escribo para que no lo sea nunca.
- seguro que me sentará mal.
- seguro que algo le pusieron.
Pero no, efectivamente era marisco y del bueno, entonces pensó que podía haber hecho para merecerlo y se le ocurrieron un monton de cosas, pero todas le parecieron tontas.
- tal vez en otros momentos me lo hubiese merecido más.
Enfin, lo comió con gran placer y dedujo que tal vez todo había cambiado, que su trabajo realizado y las noches de vigilia y el amor que había puesto en todo ello, habia sido reconocido por fin, pero no, al día siguiente otra vez el plato de lentejas y una nota que decia:
Perdon por la equivocación de ayer, intentaremos que no vuelva a pasar.
Natanael, no es exactamente asi, tal vez lo escribo para que no lo sea nunca.
domingo, 13 de diciembre de 2009
El hombre que solo comía lentejas

Si, es lo que dice el refran, lentejas, o te las tomas o las dejas, y cuando era joven pensó que no era justo, que algún día deberia de comer algo mejor, su esfuerzo, su trabajo, su entrega, su amor le hacia creer que un día cambiaría el menu.
Pero pasó el tiempo y siempre comía lentejas, y siempre las palabras irónicas
- No sé de que te quejas, otros quisieran tener lentejas todos los días.
- Tampoco estan tan malas, y ya ves tienen mucho hierro, mira lo fuerte que estas.
Y una u otra vez su insatisfacción iba en aumento, y se rebelaba y se daba golpes contra las paredes, pero por mucho que hiciese, siempre habían lentejas.
Un día trató de ponerse en huega de hambre, pero fue inutil, su estomago, su cuerpo necesitaba algún alimento para poder seguir caminado. Y decidió volver a comer, pero su orgullo estaba resquebrajado y el camino se fue haciendo pesado y lento, las ilusiones por un buen cocido, o una buena tortilla se perdían entre sus jugos gástricos.
Pero eso sí, siempre tuvo un plato de lentejas. A veces con chorizo otras sin él, según se hubiese rebelado.
O lo que es lo mismo:
De ningún modo la simpatia Natanael, sino el amor.
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