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viernes, 29 de octubre de 2010

mi Egipto







Hoy he estado pensando porque me quiero ir a Egipto, y he llegado a la conclusión de que es porque anhelo un poco de libertad, una libertad que mi cuerpo me niega, libertad que mi mente prohibe, libertad que mi corazón teme. Porque Egipto? pues no lo se, posiblemente todo el mundo tiene su itaca ,su ruta, su destino, el mio es Egipto, posiblemente porque lo asocio a exotismo,belleza,eternidad, creo que refleja todo lo bueno y malo a lo que la humanidad puede llegar. Me imagino recorriendo el valle de los reyes, y deslizandome hacia el interior de la tierra para deleitarme con tumbas de semidioses, recorrer todas las calles de todos los pueblos, siempre repletas de florecientes bugambillas, con colores imposibles para nuestra vieja europa,y el nilo, simbolo de de riqueza, arteria de sangre que alimenta un desierto, y lo hace florecer de verde, contraste imposible, visión que ciega. Abu Simbel, templo de magia, montaña eterna, y como no el Cairo, la ciudad de las ciudades, el caos hermoso; todo historia, magia,cultura ,donde esas grandes moles de piedra nos recuerdan a cada momento lo corta que es la vida, lo implacable que es el tiempo, y las ganas de vivir que uno tiene cuando se sobrepasan digamos los 50.
Todo cotradiciones no? un tio vivo, la ruleta, yo soy el tío mas feliz del mundo ó el mas desgraciado, y un estadío tranquilo es solo un leve intervalo de transito necesario entre los dos extremos.


Que pasara cuando haya estado en Egipto? no lo se, supongo que siempre quedara Grecia, Praga, Estambul, y como no Granada.




Soy un alma desnuda en estos versos,
Alma desnuda que angustiada y sola
Va dejando sus pétalos dispersos.

Alma que puede ser una amapola,
Que puede ser un lirio, una violeta,
Un peñasco, una selva y una ola.

Alma que como el viento vaga inquieta
Y ruge cuando está sobre los mares,
Y duerme dulcemente en una grieta.

Alma que adora sobre sus altares,
Dioses que no se bajan a cegarla;
Alma que no conoce valladares.

Alma que fuera fácil dominarla
Con sólo un corazón que se partiera
Para en su sangre cálida regarla.

Alma que cuando está en la primavera
Dice al invierno que demora: vuelve,
Caiga tu nieve sobre la pradera.

Alma que cuando nieva se disuelve
En tristezas, clamando por las rosas
con que la primavera nos envuelve.

Alma que a ratos suelta mariposas
A campo abierto, sin fijar distancia,
Y les dice: libad sobre las cosas.

Alma que ha de morir de una fragancia
De un suspiro, de un verso en que se ruega,
Sin perder, a poderlo, su elegancia.

Alma que nada sabe y todo niega
Y negando lo bueno el bien propicia
Porque es negando como más se entrega.

Alma que suele haber como delicia
Palpar las almas, despreciar la huella,
Y sentir en la mano una caricia.

Alma que siempre disconforme de ella,
Como los vientos vaga, corre y gira;
Alma que sangra y sin cesar delira
Por ser el buque en marcha de la estrella.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Si, siempre quedará Granada, y la esperanza de que pueda sucedes, aunque por momentos esa esperanza se pierde entre la niebla.

Óptimus dijo...

Y si no es Granada, da igual, el caso ir a algún sitio, la buena compañia, un buen tinto, el fuego ardiendo lentamente,... esa idea tampoco está mal...

A ver quien me lleva a mi, porque mi cuenta bancaria dice no!

Saludos.