- La dejé en la barra del bar tomando un
vino, al despedirnos me besó en la cara y me fuí roto de dolor. No
debería seguir mintiéndole, nunca se ha portado mal conmigo, al revés,
juntos hemos pasado momentos maravillosos, días con muchas alegrías y
mucha complicidad.
Pero esta nueva mujer
me ofrece algo que no me puede dar ella, me ofrece compañía y cariño, me
hace sentir esposo y no amante, está dispuesta a pasar conmigo esas
noches de soledad, a acompañarme en mis vacaciones, a ir de mi brazo a la
ópera. No sé si le quiero, tal vez pueda llegar a quererle, pero por
ahora mi corazón no le pertenece.
Por
eso no quiero hacerle daño, no quiero que sufra, y no puedo sentirme
peor que cuando balbuceo respuestas inconcretas a algunas de sus
preguntas. A veces pienso que ella se da cuenta y está esperando a que le
cuente algo, pero no dice nada.
Mañana pienso hablar con ella, se lo diré cuanto antes, antes de que yo pueda equivocarme.
- Me gustaría creerte, me gustaría estar siempre segura de tí y no pasar noches en vela dándole vueltas a la cabeza, me gustaría que esos pequeños detalles no me atormentaran, pero no soy capaz de evitarlo. Tengo claro que esta relación no iba a durar para siempre y menos en las condiciones que se dan entre nosotros, que siempre podría llegar otra y llenarte más, esto lo he sabido desde el principio y nunca he querido borrarlo de mi cabeza. Que lo que ha durado ya ha sido un regalo para mi, que siempre he comprendido que tú tenías otras ambiciones que yo no puedo satisfacer, que nunca podré darte la estabilidad que ansías.
Hoy como otros días he visto señales, no sé, esa excusa extraña, esa forma de no mirarme, esa respuesta sin concretar. Hoy es uno de esos momentos en que se me echan encima los temores y los recelos.
Me he quedado en la barra del bar, tomando un vino y pensando si tu y yo somos lo suficiente sinceros como para que no surjan dudas, y no logro responder con una afirmación categórica. Y no me gusta estar así. Así que si tienes algo que contarme, dímelo cuanto antes, antes de que yo pueda equivocarme.
2 comentarios:
Gracias, Menalcas, por los fragmentos que nos propones.
Una maravilla.
Salu2.
No hay nada mejor que dejr las cosas claras desde el principio y que fluya la comunicación sino puede llevarnos a equívocos y comeduras de tarros innecesarios.
Besos claros.
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