Amor, cuántos caminos hasta llegar a un beso, ¡qué soledad errante hasta tu compañía!. Neruda
Con la fuerza de una mirada
cuando mira hacia el interior,
los ojos rojos por las lágrimas y el alcohol
embutido en una somnolienta quietud
y recordando
¿que?
¿Hay algo que recordar?
Encima de mis años, más años
sobre mis hombros algo más que cansancio:
dudas,
y en mis manos,
algo que tiembla:
la fe, la esperanza, la caridad.
Natanael, siguen existiendo moteles con luces de neón
y ese ventilador sucio que ronronea en el techo.
y te asomas a la ventana y el día es de color estaño
y la noche sigue siendo fiel
Noche larga la de este futuro inamovible
¡Ojalá! Y que me seas infiel,
y así
y vivir sin saber que muero día a día
y así
hasta que en uno de ellos, al amanecer
arrastrado por la fuerza de una huracán
un adiós, una muerte.
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