jueves, 26 de enero de 2012
Mi amigo y yo a veces tomamos un vino
Después de escuchar este poema, me queda un gran sabor de boca, parece que estoy con un amigo tomando un vino en una terraza que mira al océano. El sol está desapareciendo y hace calor, casí no es necesario hablar, solo mirar, mirar el horizonte, la barca, la palmera, la balustrada de madera, las dunas, el río y la copa; sí, esa copa medio llena de ese sabor a madera y frutas silvestres, esa copa medio llena de color rojo oscuro como lágrimas de sangre, de esa copa medio llena de tantas complicidades.
Después de escuchar este poema, me hubiese gustado apurar la copa de vino y seguir navegando contigo hasta aquel horizonte.
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2 comentarios:
Se nota que se lo pasan bien.
Saludos.
Excelente este post, me gustó mazo.
Besines!
Andri
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