Mis fotos en Instagram

Instagram

jueves, 31 de julio de 2014

20.- El Cristo del Gran Poder

Como decía Tom Jones "I come home", la verdad que como en casa en ningún sitio, aunque yo me acostumbraría a pasar largas temporadas en El Portús por ejemplo. Me gusta el agua clara y caliente de su playa, ya iba cuando tenía algunos pocos años, con un amigo en moto. Bueno, bueno, pabernosmatao.
El martes tuve una cita con el urólogo, y me preguntó que qué tal estaba y yo le dije que muy bien, con mas color, mas kilos y mas pelo, me miró y ni sonrió. Le conté mi problema de Balanitis y de Hidrocele y no me hizo ni caso. (Lo pongo en latín porque en castellano suena mal, así que a buscar en el diccionario). Bueno, realmente uno de los problemas ya había pasado y el otro no es importante todavía, así que a freir esparragos y que no dé mucho la tabarra. Después me hizo un calendario para Septiembre (Agosto son vacaciones) de varias pruebas referentes a lo mio y cuando acabe otra consulta con él, y entonces a ver que tal va lo cosa y que van a hacer conmigo.  Hasta entonces a rezar y llevar alguna vela al Cristo del Gran Poder, (tengo una estampa) para pedir que todo vaya bien. No se puede dejar palos que tocar, que nunca se sabe donde está el bueno.
Esto es como el tiempo, normalmente uno se siente bien como con sol y calorcillo, y se olvida de los problemas, sentado a la orilla de la playa, pero hay días que te levantas y es como si hubiese un nubarrón de esos oscuros y gordos que no sabes si coger el paraguas y las botas o directamente irte a surfear. Es como un sinvivir que a uno no le queda otra que vivirlo.
Entre tanto me compré un par de botellas de vino blanco en Rueda, que tengo en el frigo y hoy empiezan las fiestas en Coruña. El médico dijo que no puedo hacer nada, así que a disfrutar, no vaya a ser.



Aquella tarde subimos a una barca con remos y nos dejamos llevar por las olas, hacía frio y te cobijaste en mis brazos. A poca distancia un pez saltó fuera del agua, y te besé lentamente. Después fue una ballena, que como a Jonás, nos tragó enteros y navegamos en su vientre, hasta que un día nos vomitó en una playa caribeña. Aún éramos jovenes y estabamos desnudos, nos perdimos entre palmeras y cocoteros y comimos cangrejos y aguacates. Después me desperté sudando.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Me apunto al viaje. Al de la ballena , palmeras y solecillo.